La Sombra, el Tiempo y la Organicidad - Publicación en la U.B.A., Sociales

La Sombra, el Tiempo y la Organicidad.
Una mirada desde el Teatro de Sombras Contemporáneo

El Teatro de Sombras, considerado por muchos como el origen de las Artes escénicas, es un mecanismo de producción audiovisual en tiempo real que consiste en representar historias, situaciones o sensaciones mediante la proyección de Sombras en acción dramática.
No confundir con el Teatro Negro, que consiste en objetos pintados con pintura flúo e iluminados con luz ultravioleta. En el Teatro de Sombras, éstas son las narradoras de la acción.

En la tradición milenaria de Oriente, se trabajaba con títeres de cuero calado, apoyados contra una pantalla translúcida, que al ser iluminados por la luz del fuego, calcaban sus sombras en ésta. Músicos o narradores apoyaban la acción, o guiaban la atención del público hacia lo que sucedía en pantalla.
El sombrista era considerado una especie de Sacerdote o Chamán, y las historias que contaba, cuando no eran sagradas, tenían al menos la intención de trascender el plano de entretenimiento para dejar alguna enseñanza, ya sea religiosa, moral, o formativa de carácter.

Llega el siglo XX, y con el desarrollo de la luz eléctrica aparece una nueva manera de trabajar con las sombras. Al contar con fuentes de luz puntuales que facilitan la proyección de sombras nítidas aún a la distancia, se multiplican los recursos narrativos, y aparece la posibilidad de mostrar primeros planos, movimientos de encuadre, diversos tipos de montaje de planos y escenas, etc, (procedimientos narrativos tomados del Cine) comenzando a dar forma a un nuevo Lenguaje. “El Teatro de Sombras Contemporáneo”

Pero empecemos viendo el material que usamos, e indagando algunas particularidades de la Sombra:

1) Técnicamente, es un agujero oscuro de la luz. Por lo cual implica la participación de la luz, y de la oscuridad… Entonces, estamos hablando de un elemento dual, que incorpora ambos elementos complementarios…

2) La Imagen-Sombra es el único “objeto” natural que posee solo dos dimensiones espaciales. Esto es, un dibujo tiene volumen, el espesor de la materia con el que esta hecho… En cambio la Imagen-Sombra es imagen pura, sin materia ni volumen. Entonces, la Imagen-Sombra es una abstracción natural del objeto que la proyecta… Es una síntesis en sí misma.
Y como tal, me permito suponer, quizás la Sombra haya sido la llave para que el hombre primitivo desarrollara la noción de abstracción.

3) La Sombra ES acción. La Sombra quieta no existe en la naturaleza. Ya sea por el crepitar del fuego, o por el movimiento de los astros, la Sombra siempre fue móvil. Además, la Imagen-Sombra es un acontecimiento, no una “cosa”… Es “Verbo”, como dirían algunos místicos… La luz sale del emisor, se encuentra con el obstáculo, y se proyecta en la pantalla… la Imagen-Sombra es el efecto de un “devenir temporal”…

El factor tiempo, entonces, es la tercera dimensión de la Imagen-Sombra

En ese sentido, es similar al Sonido, ya que pertenece más a la dimensión temporal que a la espacial. Y me animo a sugerir, que la Sombra, y el Sonido, son los materiales óptimos para poner a prueba cualquier teoría sobre las Artes del Tiempo (Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales).

4)Por otro lado, hay algo curioso que sucede con la Sombra en escena…

 Un actor entra a escena representando un personaje… Pero una Sombra no entra a escena representando a un personaje, sino representándose a si misma!!!

Cuando la Sombra de Macbeth entra a escena, no representa al objeto o persona que obstruye la luz… Y tampoco a Macbeth!!! Representa… A la Sombra de Macbeth!!!

La Imagen-Sombra es signo de si misma, se representa a si misma. Es un acontecimiento temporal autoreferencial, e inexistente en el plano matérico…

Y sostengo que sus reglas semióticas son distintas a las teatrales, ya que nuestro conocimiento de la sombra es anterior a cualquier concepto cultural o intelectual... 

La Sombra, propongo, no es una mera imagen, sino un “Ente Arquetípico” que de algún modo está conectado con nuestra carnalidad, más allá de nuestras ideas o cultura…

Con respecto a eso, observemos que en todas las culturas del mundo ya sean de oriente, occidente, norte o sur, (no conozco ninguna excepción) las sombras siempre estuvieron asociadas a las mismas cosas: Lo desconocido, el mundo de los Dioses, Demonios y Espíritus, a otros planos de realidad, al mas allá, a lo prohibido, etc… Tan así es, que los Chamanes trabajaban sobre la sombra de las personas para curar sus enfermedades…

Luego, aparece la Ciencia, la Psicología... Y viene Jung, y habla de la Sombra conectada al inconsciente, los deseos, temores, los diversos planos de consciencia, los traumas… Esto es: Nuestros Dioses, Demonios y Espíritus, otros planos de realidad, lo prohibido…
Y la usa para curar enfermedades!!!...

Demasiadas coincidencias de simbología en las culturas de todos los lugares y épocas…!
Tomemos un instante para reflexionar si puede tratarse de una “mera coincidencia”… O si, tal vez, no correspondería pensar que hay “algo mas”, que todas las civilizaciones supieron ver, para llegar a lo mismo…

Y si bien es discutible afirmar que la Sombra ES lo que las antiguas culturas creían... Estamos tan, pero tan seguros de que no es asi?...

Y no busco dar respuestas, sino compartir observaciones, para ver si las viejas respuestas que aprendimos, están a la altura de las preguntas que surjan...

Por eso… No me crean Nada!... Consideren mis argumentos, compárenlos con lo que puedan percibir, y vean que les pasa…!

Hay algo muy curioso tb, que sucede con el Cine y el Video…

Hemos visto, quizás en el Bicentenario, u otro evento, un despliegue de pantallas gigantes, de 10m por 15, proyectadas con un cañon, a todo color, o con pantallas de led, y quedamos alucinados por el efecto de las imágenes a color en movimiento… Hasta que se pierde la novedad… Y seguimos recorriendo la expo, con las imágenes de fondo… Como en un paisaje futurista…!

  Y tal vez, también asistimos a una proyección de un super8, en blanco y negro, en un pequeño plano de 0.50 x 0.70 m, y notamos que la acción en la pantalla tiene un magnetismo hipnótico mayor aún que semejantes pantallas monumentales…

Aquí hay un par de cosas que quiero señalar…
Por un lado… En el super8 hay sombras reales, ya que hay un opaco (celuloide) que interfiere la luz… Mientras que el Video, solo hay luz… Esa segunda imagen es unívoca, solo de luz, mientras la Sombra, recordamos, es dual, ergo, arquetípica…

Por otro lado, hay algo que tiene que ver con la cantidad y con la novedad… Y aquí empezamos a tocar la problemática de la puesta en escena…

Vamos a examinar la diferencia entre “técnica” y “lenguaje”… Entre “multidisciplinario” y “transdisciplinario”…

Actualmente pareciera priorizarse, en el Arte y en la Vida, la novedad sobre la autenticidad, la espectacularidad sobre la organicidad, la magnitud sobre la sustancia, la expresión sobre la técnica, y la técnica sobre el lenguaje…

Esto es: La “Idea” antes que la “Forma”, y el “Que” antes que el “Como”…

El Arte, sostengo, está en el “Como”. El “Qué” es el material, el elemento que pondremos en escena. Puede ser el “tema”, la “forma”, el “objeto”, la “dirección”, el “tamaño”, el “tono”, etc. Pero el Arte está en la puesta en escena misma, en el “cómo” se organizan –de organización y de organicidad- esos elementos, en la articulación de una gramática coherente… Y eso vale tanto en las Artes del Tiempo, (escénicas,  musicales y audiovisuales) como en la Plástica y la Literatura.

El “Que”, en todo caso, puede ser un buen punto de partida, o un interesante objetivo… Pero el carácter de Artístico de lo que hagamos, está en medio de estos dos, en el “Cómo”. Y para organizar un buen “Cómo”, debemos conocer el contexto, los materiales, lenguajes y técnicas, con y sobre los que trabajemos, para guiar la atención del espectador en un recorrido orgánico desde el comienzo hasta el final de nuestra obra. Y aquí, hablamos de comienzo, desarrollo y final, y vuelve a aparecer el factor Tiempo, presente en todo Arte…

Hoy siento que hay una confusión entre Arte y Expresión… Una sobrevaloración de la “Expresión”… Una pulsión al exhibicionismo… Esto es: Tu expresión es importante!!! Tenés los medios!!! Debes expresarte!!! Entonces, nos expresamos, lo filmamos con el celular, y luego lo subimos a youtube, como nuestro “aporte a la humanidad”!...


Todo bien con la expresión. Mi expresión es vital. Pero para mi.
Que cante en la ducha no me hace músico… Que llene de dibujitos las servilletas de bar, no me iguala a Picasso…

El Arte se trata, tal vez, más que de la expresión en sí, de la “traducción” de estas expresiones a lenguajes coherentes…

El Artista, propongo, no necesariamente “se expresa”… Éste está al servicio de su Obra. Investigando los materiales y mecanismos que utilizará, logra una pericia en su manejo que le permite ordenarlos “orgánicamente” en la composición y articulación de una “frase”, ya sea en un lenguaje conocido, o inventando uno nuevo a partir de mecanismos combinados…

Y cuando digo Orgánicamente, hablo de un concepto que, aunque parece subjetivo, es tan indiscutible y objetivo como el de la gravedad, -en el sentido de conocimiento empírico desde el músculo

Un físico podría explicarnos con palabras e ideas de una manera científica, (-parcial y discutible-) qué es la gravedad… Pero todos nosotros, en cada célula de nuestra carne, compartimos un conocimiento exacto sobre la gravedad, en el que podemos confiar, si aprendemos a observarlo… Y de este conocimiento carnal de la gravedad, más que del científico, es del que los trabajadores de la Escena nos valemos para comunicar lo que queremos sin trastabillar, ni caer de cara al suelo…

Algo similar sucede con la Organicidad. Ese conocimiento íntimo de la misma, desde nuestra carne, es el que, como espectadores, nos hace reconocer el devenir orgánico de una escena, libre de ruidos, y es también el que nos molesta cuando hay quiebres, ruidos, errores, o pretensiones del “creador” de la escena, que están por encima de las necesidades de cadencia, forma, tono y ritmo de la misma…

Y si bien es lícito quebrar con las “viejas gramáticas”, rítmicas, armónicas, formales, etc, que se usan en las formas canónicas establecidas, eso solo será orgánico cuando se haya mantenido una coherencia profunda de los elementos en juego, cuando se adquiere destreza y conocimiento empírico del material con el que trabajamos, cuando comenzamos a expresarnos, en el lenguaje que escogimos o creamos, como si fuera, como dice Kartún, nuestra “Lengua Madre”. Esto es,  cuando lo conocemos no meramente desde un plano intelectual, sino que ya está conectado con nuestro subconsciente, nuestros reflejos, nuestra “memoria celular”…

Y allí es cuando creamos nuevos Lenguajes que pueden ser llamados “Transdisciplinarios”, porque cada una de las disciplinas usadas está allí para entregar lo que la escena necesita de ella, y que ella le brinda mejor que cualquier otra…
Y su intervención no es azarosa… No está agregada por capricho, o para tapar un agujero, sino que está ocupando un lugar que le corresponde, y su forma encastra perfectamente en el “tetris” que se construye mediante la combinación de disciplinas…

Algo muy distinto ocurre cuando el “creador” mezcla diversos recursos, técnicas y lenguajes que no domina (y apenas conoce, muchas veces), en obras “Interdisciplinarias”, (tan de moda hoy), para demostrar la originalidad de su expresión, generando, en el mejor de los casos, interesantes experimentos, bonitas mezclas azarosas de lenguajes, muy válidas como ideas sobre las cuales trabajar y crear algo, pero no mas que eso… Y en muchos otros casos, lamentablemente, monumentales manifestaciones de las grandes pretensiones y el inflamado ego del “artista”… o mejor aún, del “expresador”

Y voy cerrando esta exposición con unas reflexiones:

Y es que los trabajadores del Arte deberíamos ver, cuando incorporamos nuevos lenguajes a nuestra obra, si nuestra obra está a la altura de los lenguajes, técnicas y mecanismos a los que queremos echar mano, o si el mecanismo terminará siendo mas interesante que la propia obra…

Si estamos dispuestos a investigarlos y entrenar en su manejo hasta adquirir la destreza que nos permita generar un sistema orgánico, al servicio del mensaje que queremos dar, o vamos a meter un mono con una escopeta cargada en un teatro lleno, para mostrar lo “locos, atrevidos y originales” que somos…

Y finalmente, si las capacidades expresivas que los lenguajes elegidos poseen son las que transmitirán mejor lo que nuestra obra tiene para decir, o si le vamos a pedir al chino del supermercado que nos traduzca un texto en ruso.


Gabriel Von Fernández
sombrasdelfuturo@gmail.com
http://vonfernandez.blogspot.com.ar/

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